24 mar 2015

Niña de azul

Es como esa niña de azul que deambula sin estar segura de si la estás mirando. Como ese rostro apagado, sonriente, melancólico. Parece divertirle el juego: se ha girado otra vez, buscando tus ojos. Pero tú no estabas pendiente. O lo estabas, pero a deshora. Parece divertirle, pero lo que nadie ve son las lágrimas que va guardando, que se le enredan en el cuello como una hiedra descontrolada. Que quieren salir, pero temen decir algo inoportuno. Que están ahí, pero preferirían no estarlo.

Es tarde y, sin embargo, la niña de azul deambula. Deambula por calles que no llevan a ningún sitio, que se pierden en los límites de la ciudad. Y tú la sigues, curioso, con la mirada. La miras, con la seguridad de que si la pierdes volverá a encontrarte, y volverá a sonreírte. Y volverá a jugar. Parece frágil. Dónde irá tan lejos, tan sola, tan aparentemente feliz.