RICARDO- [...] Somos corazones con freno; a fuerza de saber que ellos latirán siempre, tenemos la impresión de que no laten ya. En realidad, es como si no tuviéramos corazón. Somos unos absurdos en pie. El ser más despreciable del mundo es más feliz que cualquiera de nosotros.
Enrique Jardiel Poncela, Cuatro corazones con freno y marcha atrás.
1 comentario:
¡No puedo esperar!
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