31 ago 2010

Los artífices de las noches de verano

Me sorprende que pueda quererlos tanto. ¿Me sorprende? Bueno, es extraño, apenas los veo durante todo el año, y sin embargo... No sé. Sin embargo es como si todos los meses de invierno no existiesen, no importasen. Como si la vida fuesen julios y agostos que se suceden en el tiempo, como si nuestras existencias en ese frío intermedio no tuviesen relevancia alguna. Siempre llega el verano y siempre están ahí, sin pedir explicaciones, como si nada. Endulzando aún más los mejores meses del año. Para luego despedirse con un “hasta luego”, con la misma sencillez con que nos reciben. Y eso los hace tan especiales... Cómo no voy a tenerles este cariño. La confianza absoluta, la convivencia casi permanente, la naturalidad de quien parece que no deja de verse en invierno, todo ello hace que el verano valga un poquito más la pena. Y hace de mi pequeño paraíso turolense lo que verdaderamente es. Un paraíso.

2 comentarios:

victoria dijo...

Ohhh Daniiiii qué bonito!!

Anónimo dijo...

Aquí estaremos... tu pequeño paraíso no se mueve para que el verano siempre sea.. verano!


Belén!!*